
Una de las etapas imprescindibles en un viaje por el norte de Marruecos es, sin duda, Tánger, ciudad que hasta ahora no había tenido ocasión de conocer, y la cual acabo de visitar.
Pero, ¿ qué vas a ver en Tánger?
De la ciudad de Tánger destaca su eminente e histórico carácter internacional que la aleja del exotismo de otra ciudades marroquís.
¿Sabías que durante la época del protectorado francés y español en la zona que ahora mismo es Marruecos, entre 1912 y 1956, Tánger fue una ciudad internacional que dependía de hasta varios países?

Tánger, ciudad internacional
Los habitantes del protectorado español, que tenían en Tetuán su más importante enclave, y los del protectorado francés, con Fez como capital, para entrar en Tánger necesitaban pasaporte.
De hecho, la denominada zona internacional de Tánger se estableció entre 1923 y 1960, pues no fue hasta este último año cuando Marruecos, tras la declaración de independencia en 1956, adquirió la soberanía efectiva de dicho país.

El protectorado de Tánger fue ejercido por varios países, Francia y España, que por entonces tenían repartido bajo su soberanía el actual territorio de Marruecos, pero también Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Portugal, Bélgica y Holanda.
Ese interés internacional por Tánger tiene su origen muchos siglos atrás en la historia, lo que se entiende por su lugar estratégico en el punto más al norte del continente africano, y como una de las puertas de entrada al mar Mediterráneo.
Historia de Tánger
A esa zona llegaron los fenicios y al enclave lo bautizaron como Tingis, el nombre original de Tánger.

Según la leyenda, Tingis era el nombre de una diosa amante deHércules, quien separara Europa de África abriendo el Estrecho de Gibraltar.
También pasaron los romanos, de cuya presencia todavía quedan algunos restos arqueológicos.
Ahí llegaron los vándalos desde Europa, hasta que el año 705 fueron los árabes los que ocuparon Tánger en su camino hacia España.

Más tarde fueron los portugueses los que 1471 tomaron la ciudad, una vez más, por su interés estratégico, para dos siglos después cederla a los británicos.
A finales del siglo XVII un sultán marroquí tomó el control de Tánger, hasta que a principios del siglo XX de nuevo fue objeto del interés de los extranjeros con la llegada del protectorado y la antes citada declaración de zona internacional.
Esa fue una época de gran pujanza para Tánger, ciudad que atrajo a una gran variedad de gente, desde artistas que propiciaron un auge cultural, hasta exiliados, espías y bastante gente marginal.

Tras la independencia de Marruecos, Tánger vivió años de gran declive y, desde el punto de vista turístico, se convirtió en un lugar poco agradable para los visitantes.
Fue precisamente esa situación la que, hace años, a partir de malas experiencias de amigos que visitaron Tánger, decidí quitar de mis prioridades un viaje al norte de Marruecos.
Sin embargo, con el nuevo reinado de Mohamed VI, Tánger se ha convertido en un punto importante en el propósito del monarca de dar un empuje de modernización al país.

La delincuencia fue perseguida y Tánger se ha abierto al mundo facilitando la implantación de grandes compañías multinacionales, convirtiendo esta zona en un importante centro de producción industrial.
Este carácter se ha visto propiciado por la construcción de Tánger Med, un gran y moderno puerto de mercancías y pasajeros situado a 40 kilómetros al norte de ciudad, en pleno Estrecho de Gibraltar, y muy cerca de Ceuta, y cuya primera fase se inauguró en 2007.
Qué ver en Tánger
De este modo, cuando ahora llegas a Tánger, vas a encontrar una ciudad con muchas caras.

Por un lado, una gran ciudad, en la actualidad, la sexta de Marruecos por su población, en clara expansión, y rodeado de grandes zonas industriales con empresas internacionales, muchas de ellas españolas.
En tu visita turística de Tánger irás a la zona histórica, a orillas del antiguo puerto, donde encontrarás dos áreas claramente delimitadas, la medina con su kasba, y la denominada ciudad nueva.
Para ver esta última, si vas en coche, deberás tomar la avenida principal, el Boulevard Pasteur, y sucesivamente te irás encontrando el antiguo barrio francés, el nuevo barrio español, donde se encuentran instituciones como el Instituto Cervantes, los colegios públicos internacionales, como el Severo Ochoa, o el Consulado español, en uno de los más grandes y lujosos recintos de la ciudad.

Según avanzas por esa avenida, irías a la zona británica y la norteamericana, donde encontrarás grandes mansiones, algunas de ellas ahora ocupadas por magnates de países del Golfo Árabe, como elministro del Petróleo de Arabia Saudí, quien en Tánger posee un impresionante palacio.
Pero tu visita de Tánger se debe centrar en la antigua kasba y la medina.
Kasba de Tánger
La kasba de Tánger, un antiguo recinto amurallado en una de las colinas de la ciudad, ahora es un entramado de callejuelas, algunos de cuyos edificios albergan pequeños y encantadores hoteles y riads de propietarios europeos.

Desde un hueco de la muralla tienes un buen mirador del antiguopuerto de Tánger, donde se pueden ver tramos de la antigua fortificación portuguesa.
Ahora el puerto, donde llegan los ferries desde Tarifa, está también en un proceso de completa remodelación, de forma que en dos o tres años tendrá modernas instalaciones para los barcos pesqueros, grandes cruceros y pequeñas embarcaciones de ocio.
En la kasba de Tánger vale la pena entrar en el museo de la Kasba, antiguo palacio de un sultán, y también residencia de los gobernadores portugueses y británicos.

Además de ver el edificio, en este museo encuentra diversos objetos de la historia de Tánger y Marruecos, destacando un gran mosaico de suelo de la antigua ciudad romana de Volúbilis, y un gran y muy curioso mapa mural de la ocupación árabe en el mundo.
Medina de Tánger
Para visitar la medina de Tánger, debes dirigirte a la plaza del 9 de abril, el centro de esa zona de la ciudad y donde se encuentra la principal entrada a dicha medina.

Muy cerca tienes la curiosa iglesia anglicana de St Andrews, donde se combina un edificio de arquitectura musulmana con iconografía cristiana e incluso algún elemento de la religión hebrea.
Junto a ella se encuentra el Grand Hotel Villa de France, recientemente reabierto, donde en su tiempo se alojó el pintor francésDelacroix y más tarde, Matisse, el famoso impresionista francés quien visitó dos veces Tánger, y como resultado surgieron varias de sus más famosas obras.
En tu paseo por la medina irás por calles de cierta amplitud y recorrerás los tradicionales zocos donde abundan los puestos de ropa y souvenirs, lo que te muestra que Tánger es una ciudad bastante turística.

Eso sí, en la medina de Tánger no esperes encontrar el exotismo de otras medinas de Marruecos, como la de Marrakech, o la autenticidad de la de Tetuán.
En la medina también verás el antiguo barrio italiano, con edificios y rincones que en cierto modo te pueden recordar a Nápoles.

Si para completar tu visita te diriges hacia la enorme playa de Tánger, de cinco kilómetros de longitud, ahora encontrarás una zona completamente en obras, donde se está construyendo la ampliación de su paseo marítimo.
Esta zona de la ciudad se está extendiendo con la construcción de grandes y modernos hoteles de las más afamadas cadenas del mundo.
Y también es una zona donde, por ser frecuentada por turistas y visitantes extranjeros, te será fácil ver paseando a patrullas de soldados armados en su labor de protección ante posibles atentados terroristas.

Sin duda, en tres o cuatro años Tánger va a mostrar una cara muy europea, complementado también con la construcción de una línea detren de alta velocidad TGV por los franceses, el cual unirá la ciudad conCasablanca.
Alrededores de Tánger
Para completar tu visita, si tienes tiempo y vehículo propio vale la pena que en los alrededores de Tánger te acerques al Cabo Espartel, a unos 14 kilómetros al oeste de la ciudad, donde en una agradable terraza podrás sentarte a disfrutar de las vistas de la costa española junto al faro del cabo.

Y cerca podrás ir a ver las Grutas de Hércules (ahora cerradas por arreglo de su acceso) y tomarte un té (a precio “europeo”) en la terraza del muy lujoso y exclusivo hotel Le Mirage, con vistas a la impresionante playa que se extiende hacia el oeste.
Finalmente, mi consejo sería que en tu visita de Tánger vayas acompañado por un guía, tal como yo hice en mi reciente visita.

El guía te permitirá tener la visión general de la ciudad, tanto de la medina y la kasba, como de la ciudad nueva, y así podrás ver interesantes rincones a los que difícilmente llegarás por tu cuenta, como el famoso Café Hafa, con sus mesas en terrazas de varios niveles, un gran mirador hacia España, lugar ideal para tomarte un té.

He leído que el escritor norteamericano Paul Bowles junto con losRolling Stones solían frecuentar el Café Hafa para fumar hachís.
En el teléfono (desde España) 00-212-661-931144 puedes contactar con Aldelkader R´Hili, un veterano y experto guía de garantía (ya sabes que no vale cualquiera…) quien en perfecto español ya me ha mostrado tanto Tánger como Tetuán.

Escrito por José Luis Sarralde el 29 de abril, 2015 y publicado en http://guias-viajar.com/
Viajes a Marruecos: http://traveltu.com/ofertas/marruecos-a-tu-aire/