
Las consecuencias de una obra de ingeniería pensada para regular el caudal de todas las lagunas de la región, que al dejar de ser controlada durante la última dictadura militar, rebalsó el terraplén de tierra y piedras construido para proteger el pueblo.
Las aguas habían comenzado a crecer cinco años atrás, pero nadie pensaba en una tragedia posible. Hasta que la sudestada del 10 de noviembre de 1985 precipitó el desastre y los pobladores resignados debieron iniciar la dolorosa mudanza.
La mayoría de ellos lo hicieron a la turística Carhué, desde donde hoy parten las excursiones para visitar esta extrañeza de la Argentina.
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