
A mitad de los años 60 los mijeños constataron que llegaban a sus calles grupos de extranjeros con hambre de sol y de un enorme interés por lo que les atraía de una cultura bien distinta a la suya.
Por las tardes las calles de Mijas asistían al regreso en burro de los agricultores, retornando de la sierra y en las calles empezaban a despuntar alemanes, ingleses, franceses, … que querían una foto del agricultor con su burro.
El negocio estaba cerca. Una propina por foto o un paseo remunerado en burro.
Ahora estos paseos en burro pueden reservarse en Internet, en donde varias web se dedican a este reclamo, informando de horarios o tarifas.
La localidad de Mijas cuenta hoy con algo más de las cincuenta licencias para nueve propietarios.
Por Expreso. Redacción. A.F en www.expreso.info [20-08-2013]
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